GENTES,
COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE
CASTELLON:
Por: JUAN EMILIO PRADES BEL, “Crónicas”, “Humanismo”, (Proyecto: "ESPIGOLANT CULTURA": Taller de historia, memorias y patrimonios).
(Sinopsis):
RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…
(Temáticas): HISTORIAS DE LA GUERRA CIVIL 1936-1939. LAS BATALLAS DEL MAESTRAZGO.
"UN
HOSPITAL DE PRIMERA LÍNEA EN EL ERMITORIO DE SANT PAU DE ALBOCÀSSER, COMO
PUESTO DE ASISTENCIA SANITARIA MOVIL DEL EJÉRCITO DE MANIOBRA. BATALLA DEL
MAESTRAZGO, AÑO 1938".
Escribe:
JUAN EMILIO PRADES BEL.
INTRODUCCIÓN: La Batalla del Maestrazgo en 1938, se caracterizó por el rápido y contundente avance desde el norte hacia el sur de las tropas nacionales, en un frente muy amplio que cubría todo lo ancho que es la provincia de Castellón y parte de Teruel. Esta inestabilidad del frente obligó a la Sanidad del Ejército de Maniobra republicano a replegarse continuamente, montando y desmontando rápidamente los puestos de clasificación y los hospitales de primera línea, que se caracterizaron, por tanto, por su extraordinaria movilidad, adaptabilidad y ubicuidad en el campo de batalla y sus cercanías. Uno de estos hospitales de primera línea, fue instalado temporalmente en el ermitorio hospedería de Sant Pau en el término de Albocásser (Castellón), se trata de una gran edificación situada en un lugar logísticamente estratégico para la evacuación de heridos, puesto que este lugar se encuentra en medio de una encrucijada de múltiples viales que unen a todos los pueblos colindantes (Ares, Benassal, Culla, Catí, Albocásser, Castellón.,…), por antiguos caminos y sendas de peregrinación que confluyen todos en este punto sanador.
- De los soldados heridos y atendidos en este hospital de primera línea de "Sant Pau", una gran mayoría de ellos pertenecían a las Divisiones 70ª y a la División "E" del XXII Cuerpo de Ejército del Ejército de Maniobra.
BREVE CRONOLOGIA DE LA GUERRA CIVIL, DE ABRIL A JUNIO DEL AÑO 1938, ZONA ARES DEL MAESTRAT Y ALBOCACER.
(LA 70.ª DIVISIÓN DEL EJÉRCITO POPULAR
REPÚBLICANO DEFENDIA LA LÍNEA ARES DEL MAESTRE-ALBOCACER, FRENTE A LA 84
DIVISIÓN NACIONALISTA).
- Después de la batalla de Teruel, finalizada el 22 de mayo de 1938, el avance del ejército franquista hacia el mar Mediterráneo fue muy rápido (38 días). La Batalla del Maestrazgo, comenzó la ofensiva entre el 7 y el 9 de marzo y el 15 de abril de 1938, llegarían las tres columnas de tropas de Franco al mar Mediterráneo por Vinaroz, Cases de Alcanar y Benicarló, dividiendo en dos la zona republicana.
- Después de la toma de Morella el 4 abril, las tropas
nacionalistas bajaron en dirección a Sant Mateo y Vinaroz. A principios de
mayo, el frente de batalla que era muy cambiante, cruento y alternativo, iba de Morella hasta el mar por Catí, Xert, Tirig, Sant Mateu,
Salsadella, Alcalá de Xivert y Alcossebre.
- A partir del 15 de Abril de 1938. El C.E. de Galicia se propuso desbaratar los propósitos republicanos de
envolverlos, ordenando a la IV.ª División de Navarra que avanzase y ensanchase el pasillo nacional de la zona costera, hasta alcanzar el cauce del Rio Cuevas (Segarra o de San Miguel), asignándole a la 83 División nacionalista la misión de avanzar
desde San Mateo en dirección a Cuevas de Vinromá, y a la 84 División establecer
un flanqueo fijo desde Catí en dirección a Albocacer.
- Alcanzado el curso del Rio Segarra, el centro del Ejército nacionalista, se encontraba retrasado con respecto a las unidades de la costa, y las posiciones que ocupaban el Cuerpo de Ejército de Castilla (Varela) y el Cuerpo de Ejército de Galicia (Aranda) formaban un gran arco que desde Teruel, por la línea del Rio Alfambra y por el Pantano de Santolea se extendían por el Sur de Morella en dirección a Albocacer y llegaba a la costa. Además, el ejército republicano disponía de una gran cantidad de medios en el centro del dispositivo (Albocacer), donde era de esperar una fuerte resistencia a los ataques frontales nacionales.
- En abril del año 1938 la 70.ª división republicana integrada en el Ejercito de Maniobra, se encuentra posicionada entre Ares y Albocácer, en fase de recuperación, en la retaguardia del frente de combate. A principios de mayo la agrupación de divisiones del general nacionalista García Valiño inicia una ofensiva desde la zona de Morella sobre La Iglesuela del Cid y Villafranca del Cid, ataque que debía de ser acompañado por otro realizado por la IV.ª División de Navarra sobre Ares del Maestre, sector defendido por la 70.ª división republicana. El último ataque, se produjo el 18 de mayo, el cual, no solo fue rechazado, sino que provocó un fuerte contraataque republicano a cargo de tropas de la 70ª División, bajo un tiempo de viento, lluvia y granizo, los combates causaron grandes bajas y significó el fin de la ofensiva nacionalista en dicho sector de Ares-Albocácer. Esta concentración del ataque rebelde en el Maestrazgo castellonense hizo que se creara la “Agrupación Toral” el 11 de mayo de 1938, al mando de Nilamón Toral, y que la 70.ª división fuera mandada provisionalmente por el mayor José M. Jiménez. El 9 de junio, al haberse roto el frente republicano por la Iglesuela del Cid, la 70.ª división, muy quebrantada y castigada, se retira desde el sector de Albocácer en primera línea de combate, a retaguardia para recuperarse. A estos combates por las sierras de Albocácer y Ares la denominaron como "la batalla del saliente del Maestrazgo".
LOS EQUIPOS QUIRURGICOS DEL HOSPITAL DE PRIMERA LÍNEA DEL ERMITORIO HOSPEDERIA DE "SANT PAU" DE ALBOCASSER:
- Un hospital de primera línea republicano, se instaló temporalmente en el ermitorio de "Sant Pau", para cubrir la asistencia sanitaria del Ejército de Maniobra, entre los equipos quirúrgicos que operaban en el ermitorio de Sant Pau, al menos conozco dos, según narra en primera persona nuestro erudito informador, el eminente doctor-cirujano y historiador José María Massons Espluges natural de Valls (Tarragona) que fue cirujano jefe de uno de los equipos quirúrgicos que operaban en Sant Pau, otro de los equipos estaba encabezado por otro cirujano jefe era el doctor Sánchez Martínez.
- El doctor Massons era cirujano y capitán médico de la Sanidad Militar de las Brigadas Internacionales, y estaba destinado en el hospital Jan Amos Komensky de las Villas de Benicassim como cirujano jefe de equipo. Cuando las Brigadas Internacionales abandonaron Benicassim para no quedar envueltos, ante el inminente avance y consiguiente corte nacionalista del territorio republicano en dos, la Sanidad Militar de los Brigadistas Internacionales cedieron el distrito hospitalario al Ejército de Maniobra, pero solo repatriaron hacia Cataluña a los heridos brigadistas, a los soldados españoles divisionarios ingresados en el Hospital de Villas de Benicassim se quedaron fuera del contingente de repatriación, y quedaron ingresados en el hospital, y el doctor Massons pidió quedarse con sus pacientes sin abandonar su puesto y correr la misma suerte que ellos, tanto el Hospital como los equipos humanos sanitarios de Benicássim pasaron a pertenecer al Ejército de Maniobra, y todos los dispositivos pasaron a ser comandados por el jefe de Sanidad Militar de Ejército de Maniobra que era el doctor Julio González Recatero. Poco más adelante, ante la aproximación del frente de guerra, se tuvo que desalojar de nuevo los diversos centros Hospìtalarios de las Villas de Benicásim. Y al doctor José María Massons, lo destinaron como cirujano jefe a los hospitales de primera línea, una vez formado su equipo médico quirúrgico personal (compuesto por un cirujano (Massons), un ayudante médico (Roberto Nogués Tutor), dos practicantes y dos sanitarios), se le hizo entrega de toda la infraestructura que formaba un hospital móvil de primera línea: un autochir (furgoneta-quirófano), un camión, un autobús, unas 20 camas y unas 30 personas entre personal sanitario, personal auxiliar (cocineros, electricistas, chóferes, encargados de montar y desmontar el hospital) y centinelas. El hospital móvil contaba con dos equipos quirúrgicos, formado cada uno por un cirujano jefe capitán Massons y otro por el cirujano jefe Sánchez Martínez respectivamente, un ayudante y un anestesista personal, y disponían de un número indeterminado de practicantes y enfermeras para ambos equipos. Conformado operativamente el hospital móvil, su primer destino con el Ejército de Maniobra fue el ermitorio convento de Sant Pau en las afueras de Albocàsser (Castellón), donde ya había otros equipos quirúrgicos trabajando. Este lugar eremítico era un punto estratégico, y disponía de unas buenas y amplias instalaciones, y estaba en la intersección de una vía de evacuación rápida hacia la retaguardia.
LAS CUATRO ETAPAS DEL HERIDO, DESDE LA LÍNEA DE FUEGO HASTA LOS HOSPITALES DE RETAGUARDIA. Orden Oficial 30/9/1937. SANIDAD MILITAR. (CDMH – 8).
– 1.ª) A quinientos o seiscientos metros de la línea de fuego, en
cualquier punto algo desenfilado, usando una tienda de campaña, una caseta
existente, una cueva o unos pedruscos, queda instalado el puesto de socorro
hasta el cual los camilleros conducen al herido en el instante mismo en que
este cae, para que le sea practicada la primera cura de urgencia. Es la primera
etapa.
- Si
en cualquier momento es grande la exposición del sanitario y el heroísmo que
requiere su tarea, nunca lo es tanto como en esos primeros momentos del rescate
del herido, cuando el camillero se enfrenta a las balas enemigas como un blanco
fácil, ya que no puede ir solo ni pegarse al terreno ni avanzar a gatas como sí
hace la infantería. Por estas razones, las bajas del Cuerpo de Sanidad en
cualquier combate suelen ser desproporcionadamente altas en comparación con las
del resto de unidades; prueba de esto es, que en los pasados combates de
Brunete, una sola brigada llegó a perder 25 camilleros, tres médicos y seis
conductores de ambulancia.
- 2.ª) Los coches ligeros de ambulancia, permaneciendo siempre cerca de la línea de fuego, trasladan al herido desde el puesto de socorro hasta el equipo quirúrgico móvil, el cual constituye la segunda etapa.
– 3.ª) El “equipo quirúrgico” siempre queda instalado en algún repliegue del terreno de ocho a diez kilómetros de la línea de fuego, siempre fuera del alcance del fuego de las baterías artilleras enemigas y al amparo de la posibilidad de cualquier repliegue repentino de las fuerzas propias.
- Cada uno de estos equipos
quirúrgicos móviles, cuya organización perfecta es reciente y data solo desde
el mes de febrero último, consta de tres vehículos:
- En
el primero va todo el material quirúrgico, incluso tela blanca esterilizada
preparada para ser colgada mediante cuerdas en la pared, de forma que cualquier
local, por antihigiénico que sea (incluso si se trata de una cuadra), queda
instantáneamente transformado en un pulcro y perfecto quirófano, cuya
instalación completa no implica más de una hora de tiempo.
- En
el segundo vehículo viaja una farmacia completa, abundantemente surtida.
- El
tercer vehículo se destina al personal, compuesto por un cirujano, un ayudante,
un anestesista y dos enfermeros, que pueden ser de ambos sexos. Los conductores
son a su vez quienes instalan los quirófanos, tarea en la que son ayudados si
hace falta por todos sus compañeros, incluido frecuentemente el propio
cirujano, que en nuestro ejército republicano es casi siempre un hombre que
reúne en su persona prestigio científico y un espíritu animoso y democrático.
- Antes de abandonar el tema de los equipos quirúrgicos, queremos abrir un breve paréntesis para citar el caso de uno de sus componentes, el Dr. Juan M., cuyo apellido silenciamos para no ofender su modestia, que está a la altura de su comportamiento. Al iniciarse el movimiento faccioso el Dr. M., ilustre especialista del estómago e hijo de un famosísimo cirujano, salió para Francia con su familia, pero para quedarse en tierra extranjera y difamar la suya, como sí lo ha hecho algún colega de gran sabiduría, pero indigno por su cobardía, su traición y la vileza de sus mezquinos sentimientos de ser español, de ser médico y hasta de ser hombre. No, el Dr. M. dejó a sus hijos, a su esposa y a su padre en Hendaya, diciendo: “quiero tener independencia”, tras lo cual regresó a su país para alistarse en el Ejército Popular de manera callada y sencilla, consciente de que ese era su deber. Con la XII brigada internacional estuvo cumpliendo su sagrado sacerdocio de médico en Brihuega, Garabitas y Brunete. Reclamado más tarde desde Valencia, entró a formar parte de los equipos quirúrgicos móviles y en ellos siguió prestando servicio con el grado de comandante, pero nunca con la categoría de jefe, que mejor que a nadie le correspondería, por su gran prestigio científico y sus méritos, ya que él la ha rechazado en todo momento. Tras hablar con el Dr. M., sabemos que se siente feliz con su vida actual, que le lleva a dormir en una cuneta o en pleno campo, feliz cuando lo rinde el cansancio causado por el trabajo; feliz sobre todo cuando su ciencia logra salvar una vida o evitar una amputación.
-4ª) Organización, funcionamiento y pormenores curiosos de la evacuación de
heridos. Desde el equipo quirúrgico móvil los heridos son llevados en
ambulancia pesada al hospital de evacuación primaria, tercera etapa, donde el
equipo de clasificación realiza la tarea importantísima del “triage”, voz
francesa que, como tantas otras, nos ha legado el vocabulario de la Gran
Guerra. Hacer “triage” significa determinar, cuáles son los heridos que han de
evacuarse inmediatamente a los hospitales de la retaguardia y cuáles son los
que deben permanecer en los hospitales de evacuación primaria. El “triage”, es
una labor de gran importancia, ya que se trata de un examen minucioso que ha de
llevarse a cabo con el herido completamente desnudo, y que con frecuencia
reserva grandes sorpresas. Se dan muchos casos de heridos que, quejándose mucho
de una herida visible y dolorosa, tienen en otra parte del cuerpo otra herida
más importante de la que no se habían dado ni cuenta.
- Del
grado de gravedad de las heridas depende que se disponga la evacuación
inmediata de un herido o que este permanezca en el hospital de evacuación
primaria. Los casos que se quedan en este son los gravísimos, ya que no
soportarían un nuevo traslado, y, en el extremo opuesto, los leves, que deberán
quedarse en un depósito anejo al hospital (a veces cualquier hotelito con
jardín) para volver pronto al combate. Estos heridos leves constituyen por
norma general el 50% del total de heridos recogidos. Los casos desesperados no
suelen pasar del 1 al 1,5%. Del 48,5 o 49% restante, un 14% son los graves con
posibilidades de salvación, mientras que un 35% son los menos graves, que
tienen las máximas posibilidades de salvación. Este patrón estadístico es casi
infalible. Los heridos evacuables, parten inmediatamente o en días consecutivos
según lo permita o lo requiera su estado. Para ello se emplean los trenes de
evacuación, cuarta y última etapa hacia los hospitales de retaguardia.
(Continuará)
FUENTES Y BIBLIOGRAFIA:
- Sanidad Militar vol.68 nº.3 Madrid jul./sep. 2012. Historia y humanidades. “La cobertura sanitaria de un ejército en retirada: la actuación de un Capitán Médico durante la Batalla del Maestrazgo (abril-julio de 1938)”. García Ferrandis X., Doctor en Medicina y Cirugía. Universidad de Valencia. Valencia. España.
- Moya Julve, José Vicente (2005): Alcalá de Xivert Revolución, guerra y represión 1936-1948. Sèrie Història del Maestrat, Centre d’Estudis del Maestrat .
- Josep María Massons. Instituto de Estudios Albacetenses "Don Juan Manuel" – 2015.
- Prades Bel, Juan E. (2020): " ´La estancia del escritor norteamericano Ernest Hemingway en Capicorb, en mayo de 1938".
- Prades Bel, Juan E. (2020): ”Un hospital de primera línea en
la masía el Campás de Torreblanca, como puesto de asistencia sanitaria móvil
del Ejército de Maniobra. Batalla del Maestrazgo, abril y mayo de 1938”.
- Prades
Bel, Juan E. (2020): " El camp d’aviació d'Alcalá de Xivert” de 1938. un
aeródromo militar republicano en la Foia de Alcalá".
- Josep
María Massons (1993): Francesc Puig (1720-1797) i els cirurgians del
seu temps. Editorial PPU, Barcelona.
- Josep
María Massons (1994): Historia de la sanidad militar española.
Editorial Pomares-Corredor, Barcelona.
- Josep
María Massons (1947): Introducción al estudio de la Plasmoterapia. Edit.
"Miguel Servet", Barcelona.
Josep M. Massons, membre de les Brigades Internacionals, a la Campanya del Maestrat, Benicàssim, any 1938. (Família Massons Rabassa) |
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