domingo, 30 de mayo de 2021

LAS DILIGENCIAS-CORREO DE LOS CAMINOS REALES ESPAÑOLES DEL SIGLO XIX.

GENTES, COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:

Por JUAN E. PRADES BEL (Taller de historia, memorias y patrimonios).

(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…

(Temáticas): LOS TRANSPORTES Y LAS COMUNICACIONES A LO LARGO DEL SIGLO S.XIX POR LAS CARRETERAS Y CAMINOS REALES DE ESPAÑA.

(Temáticas): LA ANTIGUA VÍA AUGUSTA, MÁS DE 2000 AÑOS DE CIRCULACIÓN DE PERSONAS Y CULTURAS POR ESTE CAMINO.

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTÒRIA Y LA RECREACIÓN MEMORIAL DEL ANTIGUO CAMINO REAL O CARRETERA REAL DE VALENCIA A BARCELONA (ACTUAL CARRETERA NACIONAL CN-340):

"LAS EXPERIENCIAS Y RECREACIÓNES ANTROPOLÓGICAS DEL HISPANISTA RICHARD FORD (1796-1858), LEGAJOS DE SUS ENTRETENIDOS Y DUROS VIAJES EN LAS DILIGENCIAS ESPAÑOLAS DE LOS AÑOS 1830-1833".

Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL. ("Las historias escritas que me acompañan, me ayudan a pensar, a imaginar, a vivir, y a experimentar un mundo de vidas muy diferentes a la mía". J.E.P.B.).

INTRODUCCIÓ: Este artículo, viene a describir los pormenores de los viajes del siglo XIX, en caso referido al viaje montado sobre las diligencias de servicio público circulantes al uso por los caminos reales y por las vías transversales, y el resto de carreras y líneas de España. El relato se basa en las experiencias propias de un viajero inglés llamado Richard Ford, se trata de un curioso aventurero y periodista atraído por la antropología, la filosofía y la literatura, Ford escribía, dibujaba y describía de forma concienzuda y realista las experiencias y situaciones de las que muy atentamente era testimonio de las cuales tomaba notas muy detalladas de todo aquello que para el, siendo extranjero procedente de un nivel económico alto y acomodado y de un país de costumbres mucho más refinadas que las de las clases populares españolas, describía en sus manuscritos y crónicas todo lo que le resultaba llamativo y característico de sus compañeros de viaje españoles, compartidos y coincididos a lo largo del transcurso de sus viajes. Muchas de las crónicas que escribió con detalles de sus experiencias en España, fueron publicadas en la revista trimestral Quarterly Review. Ford se vino a vivir temporalmente en España por causas personales, concretamente en Sevilla, pero la aventura de Ford por recorrer España le sobrevino por la inspiración que le produjo la lectura de El Quijote de Cervantes. El editor londinense de la revista Quarterly Review llamado John Murray y amigo de Richard Ford, fue quien le animó e incitó a publicar las crónicas de sus viajes por España. Posteriormente, debido al interés y calidad de las crónicas, John Murray pidió a Ford publicar un libro recopilatorio sobre España, para completar una colección de libros-guías que estaba editando sobre Europa para viajeros y lectores ingleses, Richard Ford accedió a escribir el libro recompilando las crónicas manuscritas de sus viajes y de convivencia entre los españoles de las clases populares; Ford explica este hecho en una carta a su amigo George Borrow, comentándole que está narrando a los lectores ingleses sus viajes a lomos de una jaca cordobesa (yegua de raza cordobesa). Este libro de viajes por España, se publicó en Londres en el año 1841 con el título “Handbook for travellers in Spain and Readers at Home” y fue un gran éxito de ventas. De Richard Ford, se conoce una curiosa descripción de su personalidad que describió un conocido suyo, y también viajero llamado Cook Widdrington, quién dijo de Ford que era "un gran geólogo y disecador de pájaros, hombre corpulento y envarado, que se las da de filósofo".

EXPOSICIÓN DOCUMENTAL: 

RICHARD FORD (1830-1833). “THINGS OF SPAIN. THE COUNTRY OF UNFORESEEN”. “EL DESARROLLO DEL VIAJE EN DILIGENCIA EN LOS AÑOS 1830-1833”, DE LAS EXPERIENCIAS DE RICHARD FORD (narrador): 

Textos de Richard Ford (1796-1858): “Los ricos suelen viajar usualmente en las diligencias, que están de moda desde que se introdujeron en tiempo de Fernando VII. Antes de ser permitidas definitivamente, hubo grandes discusiones y se hicieron objeciones semejantes a las opuestas por el difunto papa cuando la introducción del ferrocarril en los estados de Su Santidad; se decía que con estas facilidades vendrían los extranjeros, y con ellos la filosofía, la herejía y otras innovaciones contrarias a la sabiduría de los antiguos españoles. Estos escrúpulos se disiparon interesando ampliamente al monarca en los beneficios. 

   Ahora que ha desaparecido el monopolio real, se han formado varias compañías en competencia. Este modo de viajar es el más barato, el más seguro y no parece indigno de la "gente bien", pues la realeza misma viaja en estos coches. El infante D. Francisco de Paula constantemente alquila toda la diligencia para trasladarse él y su familia desde Madrid a un puerto de mar; y una de las razones que con toda seriedad dio D. Enrique de no haber venido a casarse con la reina, fue que Su Alteza Real no pudo encontrar sitio en la diligencia por estar completamente llena". 

   Los coches públicos de España son tan buenos como los de Francia, y la gente que viaja en ellos, generalmente más respetable y mejor educada. Esto se debe en parte al gasto, pues aun cuando los precios no son demasiado altos, siempre resultan algo caros para la mayoría de los españoles, de lo que resulta que los que viajan en diligencia son las clases que en otros países lo hacen en posta. De todos modos, hay que convenir en que cualquier viaje en los carruajes públicos del continente resulta muy incómodo para los que están habituados a coche propio; y por muchas precauciones que se tomen, las jornadas corrientes en España, de trescientas a quinientas millas de una tirada, pocas señoras inglesas podrían resistirlas y aun los hombres las soportarían por necesidad, pero no las emprenderían por gusto. 

   El correo está organizado como las "malle-poste" francesas y ofrece un medio seguro y rápido de viajar a los que pueden soportar las sacudidas, los choques y el traqueteo de un recorrido largo sin detención alguna. Las diligencias son también imitación de los armatostes franceses, sin que se encuentre en ellos la pulcritud, la comodidad, el buen movimiento, la exactitud y las infinitas facilidades del modelo inglés. Estas cosas cuando pasan el Estrecho se modifican con el desprecio del continente por las cosas de estilo; la baratura, que es gran principio, hace que prefieran los arreos de cuerda a los de cuero, y un carretero a un cochero bueno. También existen una porción de trabas, y estos absurdos burocráticos y la pesadez de los coches se hacen insoportables para los libres ingleses. 

   Los "guardas" existen realmente: son unos hombretones recios, pintorescos en el indumento y en las armas y muy semejantes a los salteadores de caminos. A decir verdad, no hay gran error en la comparación, pues algunos de ellos antes de ser indultados y puestos a sueldo, se han apoderado de más de una bolsa en el camino real; pero la primera impresión es de individuos espléndidos que bien valen por unos cuantos alguaciles. Van provistos de un completo arsenal de espadas y trabucos, tanto que estas máquinas que ruedan por las inmensas llanuras, parecen un buque de guerra y se suelen comparar con una ciudadela en marcha. Además, en ciertas comarcas sospechosas, una escolta montada de individuos igualmente sospechosos, galopan alrededor de los coches, y tampoco está completamente olvidada la primitiva práctica de untar la mano, y de todas estas admirables precauciones resulta que rara vez o nunca son robadas las diligencias, aunque, sin embargo, la cosa es posible. 

   Toda esta guarnecida arca de Noé está colocada bajo el mando del mayoral o conductor, que, como todo español investido de autoridad, es un déspota, y, sin embargo, como ellos, asequible a la influencia conciliadora del soborno. Él regula las horas de trabajo y descanso. Las dedicadas al último ,¡bendito quien lo inventó!, decía Sancho, son poco seguras; dependen del adelanto o retraso de la diligencia en sus etapas y del estado del camino, pues todo el tiempo que se pierde por unas u otras causas se gana hurtándolo al descanso. Una de las muchas ventajas del viaje en diligencia es la seguridad de detenerse en las mejores posadas; y es muy general entre la gente que viaja por otros medios preguntar en todas las ciudades cuál es la posada donde se detiene la diligencia. De Madrid suelen enviarse gentes para preparar las casas, los cuartos, las cocinas y proveer ,a todo lo necesario para el servicio de mesa, y también hay cocineros que se dedican a enseñar a los hosteleros a preparar y presentar bien una comida. De este modo en pueblos en los cuales hace poco desconocían en absoluto el uso del tenedor, hoy se encuentra una mesa limpia, abundante y bien servida. El ejemplo dado por las posadas de diligencia ha producido buenos efectos, pues ha venido la competencia y con ella la implantación de ciertas comodidades desconocidas hasta ahora de los españoles, cuya carencia de toda clase de comodidades dentro de casa, y admirable estoicismo para las privaciones de todas clases en viaje, son verdaderamente orientales”.

“En algunas de las nuevas Compañías está incluido todo en el precio del billete: a saber, viaje, postillones, posadas, etc., etc., cosa muy conveniente para el forastero y que le hace ganar dinero y energía. Un capítulo en la diligencia es tan típico en todos los relatos de un viaje por la Península como una corrida de toros o una aventura de bandidos, cosas de gran salida en nuestro mercado. Indudablemente, en las largas distancias que se recorren en España, durante las cuales van encajonados hombres y mujeres tres o cuatro días mortales (con sus noches correspondientes), el asunto se desarrolla y hay oportunidad de apreciar costumbres y carácter; la comedia o la tragedia puede tener tantos actos como días el viaje. 

   En general el orden que se observa en el transcurso del día es el siguiente: el desayuno, que se toma muy de mañana, consiste en una jícara de chocolate espeso, que siendo la bebida preferida por la Iglesia y permitida incluso los días de ayuno, es tan nutritivo como delicioso. Suele acompañarse con unas rebanadas de pan tostado o frito, y detrás se toma un vaso de agua fría, costumbre que no abandonará jamás nadie que esté bien con su hígado. Después de rodar un número determinado de leguas, cuando los pasajeros están bien magullados y hambrientos, se sirve un buen almuerzo de tenedor, semejante en un todo a la comida que ha de hacerse por la noche; la mesa es abundante y excelente para los aficionados al ajo y al aceite. Los que no gusten de ellos tendrán que atenerse al pan y los huevos, que son muy buenos; el vino es por lo regular color de púrpura y algunas veces sirve como vinagre para la ensalada; del mismo modo que el aceite se emplea en los guisos y en la lámpara; una mala comida, sobre todo si la cuenta es alta y el vino agrio, no es cosa para endulzar los caracteres de los pasajeros; se aficionan a pendencias, y si tienen la suerte de alguna escaramuza con ladrones, ello servirá para dar rienda suelta al malhumor. A boca de noche, después de cenar, se pueden tener unas horas de descanso, según lo que el mayoral y ciertos armoniosos y alados “voltigeurs” permitan. Las camas son sencillas y limpias; algunas veces los colchones parecen sacos de nueces, pero no hay mejor almohada que el cansancio; por lo general hay dos, tres o cuatro camas en las habitaciones, según el tamaño de éstas. El viajero debe apalabrar la suya en el momento de llegar, y si es mediana conformarse con ella, pues de lo contrario es fácil que duerma en otra peor. Comúnmente no es difícil procurarse una habitación sola o, cuando menos, escoger los compañeros. Además, los españoles de todas clases son muy corteses con las señoras y con los extranjeros, y con una gratificacioncita dada de antemano a la doncella o al camarero casi siempre se allanan las dificultades. En ésta, como en muchas otras ocasiones, en España la mayor parte de las cosas se consigue con buenas maneras, una sonrisa, un chiste, un refrán, un cigarro o un pequeño soborno, que aun cuando nombrado en último término, no es en modo alguno el menor recurso, puesto que tiene la condición de ablandar el corazón más duro y de disipar todas las dificultades, en el punto en que ya las palabras no sirven para nada, pues como rezan los proverbios castellanos: La Dádivas quebrantan peñas y entran sin barrena, y más ablanda dinero que palabras de caballero manera de guiar en España es tan distinta de nuestro modo de manejar las riendas, que merece explicarse. Para los que no pueden llegar hasta la diligencia hay otros medios de comunicación más genuinamente españoles e incómodos. Pueden compararse con las comodidades de que gozan los vagones para hombres y animales, señalados como pasajeros de tercera por los reyes del monopolio de nuestros ferrocarriles, los cuales han usurpado el camino de su majestad y saquean a sus súbditos en virtud de un acta del parlamento. ...". 

ADDENDA: ADICIONES Y COMPLEMENTOS SOBRE LAS TEMÁTICAS Y MOTIVOS REFERIDOS Y CITADOS EN EL ARTÍCULO. (POR JUAN E. PRADES):

QUARTERLY REVIEW: La revista trimestral (Quarterly Review) era un periódico literario y político fundado en marzo de 1809 por la casa editorial de Londres John Murray. Dejó de publicarse en el año 1967. Fue conocido como The London Quarterly Review, reimpreso por Leonard Scott, para una edición estadounidense.

EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA: Don Quijote de la Mancha es una novela escrita por el español D. Miguel de Cervantes Saavedra. Publicada su primera parte con el título de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha a comienzos del año 1605, es la obra más destacada de la literatura española y una de las principales de la literatura universal, además de ser la más leída después de la Biblia. En 1615 apareció su continuación con el título de Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha. El Quijote de 1605 se publicó dividido en cuatro partes; pero al aparecer el Quijote de 1615 en calidad de Segunda parte de la obra, quedó revocada de hecho la partición en cuatro secciones del volumen publicado diez años antes por Cervantes. El Quijote es la primera obra genuinamente desmitificadora de la tradición caballeresca y cortés por su tratamiento burlesco. Representa la primera novela moderna y la primera novela polifónica; como tal, ejerció un enorme influjo en toda la narrativa europea. Por considerarse “el mejor trabajo literario jamás escrito”, encabezó la lista de las mejores obras literarias de la historia, que se estableció con las votaciones de cien grandes escritores de 54 nacionalidades a petición del Club Noruego del Libro y “Bokklubben World Library” en 2002; así, fue la única excepción en el estricto orden alfabético que se había dispuesto.

ANTROPÓLOGIA, ETNÓLOGIA Y ETNOGRAFIA:

BIBLIOGRAFIA, WEBGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:

- Juan Villuga, Pedro (1546):"Repertorio de todos los caminos de España: hasta agora nunca visto en el q[ua]l allará q[ua]lquier viaje q[ue] quiera[n] andar muy puechoso pa[ra] todos los caminantes co[m]puesto por Ped[r]o Juan Villuga vale[n]ciano, e impresso en Medina del Campo por Pedro de Castro, a costa de Juan de Espinosa, en el año 1546".

 -Gonzalo Menéndez Pidal, 1992: "España en sus caminos", Madrid, Caja de Madrid, 1992.

-Gonzalo Menéndez Pidal, 1951:  "Los caminos en la Historia de España",  Ediciones de Cultura Hispánica, Madrid.

- Townsend, Joseph (1791): Viaje por España.

- Pedro Rodríguez de Campomanes, Conde (1761): Itinerario de las Carreras de Posta de dentro y fuera del Reyno. De orden de su majestat Carlos III, Imprenta de Antonio Pérez de Soto, Madrid, 1761.

- Cavanilles, Antonio Josef (1795): Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reino de Valencia. En la imprenta real, Madrid, 1795.

-https://historiasdecarreteras.com/

- Richard Ford: "Gathering from Spain”. “Things of Spain. The country of unforeseen”. (Cosas de España: el país de lo imprevisto).

- Richard Ford (1922): Gathering from Spain. Cosas de España: (el país de lo imprevisto) 1796-1858. Tomos I y II. Grabados: Gustavo Doré. Traducción directa del inglés y prólogo de Enrique de Mesa. Madrid : Jiménez Fraud, año 1922. (Colección abeja ; 5 ; 6).

 

Rudolf Koller,  The Gotthard Post, 1873.




La Carretera real antes de asfaltarla,
panorámica a su paso por Oropesa del Mar

Richard Ford (1796-1858),
 retratado por Antoine Chatelain (1794–1859). 
Posada antigua, (Cabanes).






Posada Venta de Doro (Coves de Vinromà).

Posada Venta de Doro (Coves de Vinromà).

Posada Venta de Doro (Coves de Vinromà).

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