domingo, 21 de agosto de 2022

"LOS ALZAMIENTOS EN ARMAS DE 1822".

GENTES, COSTUMBRES, TRADICIONES, HISTORIAS, PATRIMONIOS Y PAISAJES DE LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:

Por: JUAN E. PRADES BEL, "Crónicas", "Humanidades" (Proyecto: "ESPIGOLANT CULTURA": Taller de historia, memorias y patrimonios).

(Sinopsis): RECORDAR TAMBIÉN ES VIVIR…

(Temáticas): DATOS PARA LA HISTORIA DEL MUNICIPIO DE ALCALÀ DE XIVERT-ALCOSSEBRE (CASTELLÓN).

(Temáticas) EN ESPAÑA: DE DIEZ CABEZAS, NUEVE EMBISTEN Y UNA PIENSA. (MACHADO).

"LOS ALZAMIENTOS EN ARMAS DEL AÑO 1822".

Escribe: JUAN EMILIO PRADES BEL. ("Las historias escritas que me acompañan, me ayudan a pensar, a imaginar, a vivir, y a experimentar un mundo de vidas muy diferentes a la mía". J.E.P.B.).

INTRODUCCIÓN:

EXPOSICIÓN DOCUMENTAL:

AÑO 1822: TEXTOS INTEGROS DE UNA CARTA ESCRITA EL 23 DE JULIO DEL AÑO 1822 POR EL GOBERNADOR DE CASTELLÓN: "ALZAMIENTOS FACCIOSOS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN DIRIGIDOS POR CIVILES Y ECLESIÁSTICOS CONTRA EL GOBIERNO LIBERAL CONSTITUCIONAL DE ESPAÑA". El Universal (Madrid. 1820). 31/7/1822, n.º 212, página 3. Castellón de la Plana 25 de Julio 1822. La calamidad que aflige a algunas de las provincias vecinas ha amenazado también a la nuestra; pero la vigilancia de las autoridades, la sensatez de la inmensa mayoría de los habitantes, nos han preservado de esta plaga asoladora. Los medios de que se valen aquí los enemigos de la libertad para seducir al incauto pueblo son los mismos que emplean en todas partes. Con el santo nombre de la religión quieren santificar hombres, que nada tienen de religiosos, sus miras ambiciosas y sus intereses mundanos; y los que debieran corregir este abuso y levantarla voz para que los falsos ministros de la religión no seduzcan al incauto pueblo, ó los animan con sus consejos, ó a lo menos con su criminal silencio. Nuestro jefe político, persuadido de que los ministros de la religión bastarían solos para remediar los males que nos afligen si cumplieran con los deberes de su santo ministerio, ha dirigido la siguiente invitación al gobernador de la mitra de Tortosa: 

«Ilustrísimo. Señor: Hace poco menos de dos meses que vino de esa provincia a esta un traidor a la patria, llamado José Rambla, a contaminar varios pueblos de ella y a seducir con infames persuasiones a muchos de sus pacíficos y sencillos habitantes, á fin de que unidos á otros cuantos que traía ya alucinados fuesen instrumentos desgraciados de sus depravadas intenciones. Vino en efecto, y sedujo y corrompió a una porción de incautos de Benicarló, Cálig, La Jana, Chert, Morella y de otros varios pueblos que se unieron a él antes de ocupar este último punto.

«Tan luego como tuve noticias de semejante prostitución, tomé las medidas que creí convenientes para atajar sus progresos y castigar a los que hubiesen sido causa de ella; y a este fin luce las prevenciones que creí oportunas á los alcaldes y ayuntamientos, especialmente de los pueblos que componen los partidos de Peñíscola y Morella: más teniendo presente que la ley de 17 de abril del año próximo pasado, deja campo a la benignidad en medio de las justas cuanto terribles penas que impone a los conspiradores y facciosos, publiqué un bando de indulto en 30 de mayo último para aquellos, que habiendo pasado el primer momento de ilusión, se hubiesen arrepentido de su error y quisiesen volver a sus hogares a vivir con paz y como honrados ciudadanos, sin reincidir jamás en un crimen tan atroz. Prometime, un buen resultado de esta medida, dictada con arreglo a la ley, a la par que propia de mis sentimientos, y esperé con confianza que Rambla fuese abandonado de todos los jóvenes que de esta provincia habían tomado parle en sus inicuos proyectos. ¡Mas cuál fue mi dolor al ver frustradas mis esperanzas , porque en el espacio de más de ocho días no había producido efecto alguno el indulto concedido !. Solo puede calcularlo el que conozca lo sensible que es para una autoridad el haber de desplegar todo el lleno de sus facultades, y el haber de someter al rigor de las leyes a los que traidoramente se separan de ellas y las vulneran tan escandalosamente. Hubo necesidad de apelar al medio de la fuerza, y esta ejerció sus funciones en los días 8 y 10 de junio en que fueron atacados los facciosos en Morella e inmediaciones del pueblo de Tirig, de aquí resultaron muertes, heridas y prisiones, que también producirán lo primero, porque la ley condena expresamente a los que por tal delito sean cogidos con las armas en la mano, o bien sin ellas estando unidos a los facciosos, o sean presos huyendo de las tropas que los persiguen; y de aquí es también el resultado de una porción de desgracias, por las qué quedan abandonadas al luto y a la orfandad otras tantas familias cuantos son los fascinados.

 “Tan amarga lección parece que debiera haber servido de escarmiento a otros, que más tímidos no siguieron el impulso de los primeros; más ni de una parle la benignidad, ni de la otra el rigor, han sido suficientes á contener la criminal conducta de muchos qué obcecados del mismo modo, y desoyendo la voz de la primera autoridad de la provincia dirigida en diferentes ocasiones, se han desertado de sus pueblos para reunirse a los traidores Rambla, Cortés y Cherta. «Bien fácil es de inferir que las persuasiones del primero y tercero de estos personajes no pueden tenerla; influencia necesaria para alucinar de tal modo a sus prosélitos; pues que, ni por la superioridad de sus luces y conocimientos, ni por sus costumbres, que siempre fueron corrompidas, podían inspirarles confianza, ni ofrecerles garantías de tal especie, que les asegurase un camino ventajoso en su suerte. 

- El mal proviene de otra parte, ilustrísimo señor, y no creo que se oculte a la penetración de V.S.I., que la guerra que hacen los facciosos no lo es de partido, y sí de un fanatismo el más cruel y perjudicial que puede imaginarse, por cuanto escriba en la base más sagrada en todas las naciones, que es la religión; y así como reconocemos que la nuestra es la verdadera, la única y sola, porque emana del mismo Jesucristo, así también tiene mucha más influencia que en ninguna otra, donde no se profese tan religiosamente, cualquiera idea de ella que se sugiera por los que con toda hipocresía, y haciendo de ella el instrumento de sus siniestras intenciones, procuran arrastrar a tanto miserable a un fin que la misma condena.

«Sabido es ya por todos, ilustrísimo señor, que esta guerra y tantos males, los provocan varios ministros del altar, que habiéndose separado de la senda que por su carácter debían seguir, y desentendiéndose de la paz y mansedumbre que debieran predicar a los cristianos en todos tiempos, según el espíritu del evangelio. Intentan por el contrario sumirnos en los horrores y desastres de una guerra civil. Por lo tanto, y no habiendo carecido Rambla de acompañados, indignos de aquella clase, perteneciendo a ella el mismo Cortés, y no estando acaso distante Cherta de tener alguno a su lado, ¿Cómo podré dejar de afirmarlo yo también?, ¿Y son esos por ventura los ministros de un Dios de paz y los fieles observadores de la doctrina de Jesucristo, a quienes confirió el cargo de trasmitirla a los demás por los medios más suaves, más dulces y más propios de la divina bondad con que él vino al mundo a enseñarla?. No lo son seguramente, Ilustrísimo señor: son verdaderos lobos que tratan de destruir el rebaño que se confió a su cuidado en cuanto a su conservación moral. Ellos por lo mismo, y prescindiendo de la traición que se hace a las leyes en el solo hecho de la rebelión a que los inducen, son la causa de que el hombre honrado desampare a su familia, se una a un tigre y aprenda los medios violentos de robar, de asesinar y de entregarse á los vicios más horrendos, y que jamás conoció; antes bien le estremecían si se los contaban de otros. ¿Y con qué objeto? Con el de defender, dicen, la religión santa que ellos solos profanan. Dispénseme V. S. I. que me exprese con esta propiedad, efecto del justo sentimiento que me han ocasionado los extravíos de Infinitos que han sido sacrificados por las infames miras de aquellos. “Dejémoslos, pues, abandonados a su error y á su crimen , y pasemos a examinar la conducta de los eclesiásticos, que al frente de las parroquias de los pueblos de donde han salido hombres a aumentar las gavillas de los facciosos, no tengo noticia do que hayan dirigido la voz a sus feligreses pura hacerles conocer el crimen a que se encaminaban los ilusos, ni a estos el silbido con que los pastores saben hacer volver al rebañó las ovejas descarriadas. De Benicarló han salido muy cerca de veinte individuos, han vuelto algunos, a consecuencia de los indultos concedidos; más hasta ahora no he recibido noticia de que sus párrocos les hayan hecho pública ni privadamente las amonestaciones correspondientes para hacerles sentir el delito que habían cometido, y para reducirlos a que jamás reincidiesen en lo futuro; amonestaciones que hubieran sido al mismo tiempo muy saludables para que otros no se dejen seducir ni alucinar por los enemigos de la tranquilidad pública. Aún, más escandaloso es lo que ha sucedido en la villa de Alcalá de Chivert. Por tres veces distintas han salido pelotones de hombres á unirse con los facciosos. El perjuro Cortés sedujo a los primeros, y cuando desde este momento debieran haberse dedicado sus párrocos y cuantos ministros hay allí del altar a llamar a los extraviados, prevenir a los que lo fueron después, y hacer conocer a todos cual es la recta senda que deben seguir, observo con dolor que tan lejos de haberse hecho así , acaso se los ha animado a proceder del modo que dejo referido; pues que el resultado, y el no habérseme dado conocimiento de que han obrado en los términos insinuados, así lo acredita. 

“En vano se fatigan en tales circunstancias las autoridades políticas y civiles en la conservación del orden. Si a los que tan abiertamente le han atacado é interrumpido, se les ha imbuido la idea de que de este modo hacen un servicio a la religión; en vano, repito, se afanaran las autoridades en dar reglas precauciona-les para evitar el desorden y las facciones. ¿Qué remedio escoger en semejante caso, á fin de sustraer de la ignominia y del crimen a tanto incauto?.

- Interpelo a la conciencia de V. S. I., uno solo basta para conseguir un objeto tan justo. V. S. I. lo tiene en su mano, y haciendo uso de él, y aplicándolo oportunamente, se restablecerá la tranquilidad pública, y cesarán los males que experimentamos. ¿Podrá V. S. I., mirarlo con indiferencia? No lo puedo creer.  “Partiendo, pues, de que el principio que dejo demostrado, es el origen del mal, exija V. S. I. la responsabilidad a los párrocos y demás sacerdotes existentes en los pueblos que dejo apuntados. 

- Hágales V. S. I., conocer cuáles son sus deberes, puesto que el de V. S. I., es el da velar incesantemente sobre la conducta de sus gobernados: oblígueles a que manifiesten en el pulpito las ventajas del sistema constitucional, el cual nos ha de reportar por todos títulos la felicidad de que por tanto tiempo ha carecido la nación española. 

- Exíjales V. S. I. el cumplimiento de la real orden de 22 de abril de 1820, y que den públicos testimonios de qué si no aman, se conforman como deben con las actuales instituciones que el mismo rey ha jurado y sancionado solemnemente a la faz de la nación. 

- Mándelos V. S. I. que los den también de que aman a sus semejantes, exhortándolos a vivir en paz y con honradez, alejándolos por consiguiente de todo crimen. 

- Esto es lo que toca á V. S. I., y lo que le ruega encarecidamente haga quien pide a Dios conserve su vida muchos años. Castellón 23 de julio de 1822. D. M.- I. S. gobernador de la mitra de Tortosa.”

ADDENDA: ADICIONES Y COMPLEMENTOS SOBRE LAS TEMÁTICAS Y MOTIVOS REFERIDOS EN EL ARTÍCULO. (POR JUAN EMILIO PRADES):

CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS: Los Cien Mil Hijos de San Luis (conocidos en Francia como «l'expédition d'Espagne») fueron un contingente del ejército del Reino de Francia bajo las órdenes del duque de Angulema, sobrino del rey Luis XVIII, invadió España en el año 1823 para poner fin al régimen constitucional instaurado tras el triunfo de la Revolución española de 1820. Su objetivo primordial era «liberar» al rey Fernando VII del «cautiverio» al que supuestamente le tenían sometido los liberales. Apoyando a las tropas francesas también iban unos 30.000 realistas españoles,​ como prolongación de la guerra civil de 1822-1823. Con la derrota del ejército constitucional se puso fin al Trienio Liberal y se dio paso a la segunda restauración absolutista en España. Una parte del ejército francés permanecería en España hasta el año 1828.

BIBLIOGRAFIA, WEBGRAFÍA Y FUENTES DOCUMENTALES:






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